domingo, 23 de septiembre de 2012

Primeros fallos de la pantalla del iPhone 5



El ultimo telefono celular de la etiqueta IPHONE ya a presentado algunos fallos en su pantalla.
Generación tras generación del teléfono móvil de Apple se confirma que es imposible no encontrarnos con unidades defectuosas. Si bien el nuevo iPhone 5 ha mejorado su resistencia, los primeros fallos referentes a su pantalla no han tardado en aparecer.

 

Gracias a vídeos colgados por los propios usuarios, así como comentarios de los mismos en foros y redes sociales, hemos podido comprobar algunas deficiencias en la pantalla del terminal. Por ejemplo, al presionarla con fuerza, aparecen unas extrañas burbujas. Curioso cuanto menos, ya que éstas siempre se muestran en la zona inferior derecha, independientemente de donde toquemos la pantalla y cambiando de forma e intensidad en función de cómo apretemos.
Otros usuarios han experimentado una sensación de parpadeo repetido en sus pantallas. Además, la nitidez no es absoluta, evidenciando una clara borrosidad.



 No sabemos hasta donde puede llegar la magnitud de estos problemas, ni cuántos dispositivos estarán afectados. Pero sin duda alguna lo más importante será qué solución tendrán estos desajustes, pues de tratarse de un problema de hardware implicarían el cambio por un nuevo iPhone. Habrá que esperar para ver si la lista del antennagate o las manchas amarillas de pegamento no sigue engordando con nuevos problemas en la sexta versión del buque insignia de Apple.





martes, 11 de septiembre de 2012

El Atentado Del 11 De Septiembre.


Los atentados del 11 de septiembre de 2001 (comúnmente denominados con elnumerónimo 11-S en España y Latinoamérica9/11 en el mundo anglosajón) fueron una serie de atentados terroristas suicidas cometidos aquel día en los Estados Unidos por miembros de la red yihadista Al Qaeda mediante el secuestro de aviones de línea para ser impactados contra varios objetivos y que causaron la muerte a cerca de 3.000 personas y heridas a otras 6.000, así como la destrucción del entorno del World Trade Center en Nueva York y graves daños en el Pentágono, en el Estado de Virginia, siendo el episodio que precedería a la guerra de Afganistán y a la adopción por el Gobierno estadounidense y sus aliados de la política denominada de Guerra contra el terrorismo.

Los atentados fueron cometidos por diecinueve miembros de la red yihadista Al-Qaida,divididos en cuatro grupos de secuestradores, cada uno de ellos con un terrorista pilotoque se encargaría de pilotar el avión una vez ya reducida la tripulación de la cabina. Los aviones de los vuelos 11 de American Airlines y 175 de United Airlines fueron los primeros en ser secuestrados, siendo ambos estrellados contra las dos torres gemelas del World Trade Center, el primero contra la torre Norte y el segundo poco después contra la Sur, provocando que ambos rascacielos se derrumbaran en las dos horas siguientes.
El tercer avión secuestrado pertenecía al vuelo 77 de American Airlines y fue empleado para ser impactado contra una de las fachadas del Pentágono, en Virginia. El cuarto avión, perteneciente al vuelo 93 de United Airlines, no alcanzó ningún objetivo al resultar estrellado en campo abierto, cerca de Shanksville, en Pensilvania, tras perder el control en cabina como consecuencia del enfrentamiento de los pasajeros y tripulantes con el comando terrorista.
Los atentados causaron más de 6.000 heridos, la muerte de 2.973 personas y la desaparición de otras 24, resultando muertos igualmente los 19 terroristas.
Los atentados, que fueron condenados inmediatamente como horrendos ataques terroristas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se caracterizaron por el empleo de aviones comerciales como armamento, provocando una reacción de temor generalizado en todo el mundo y particularmente en los países occidentales, que alteró desde entonces las políticas internacionales de seguridad aérea.

   

Los atentados:

      Cuatro aviones de pasajeros fueron secuestrados en ruta hacia el estado de California desde el Aeropuerto Internacional de Boston, elAeropuerto Internacional Washington-Dulles y el Aeropuerto Internacional Libertad de Newark. Los cuatro aviones tenían como destino el estado de California, los tres primeros aviones hacia Los Ángeles y el último avión a San Francisco, por lo que sus depósitos de combustible iban llenos con unos 91.000 litros (unos 65.455 kg). Los dos primeros aviones impactaron contra las Torres Gemelas delWorld Trade Center, el tercero contra el Pentágono, en el Condado de Arlington, cerca a Washington DC, y el cuarto en campo abierto en Shanksville, Pensilvania.
Algunos pasajeros y miembros de la tripulación de los aviones secuestrados pudieron llamar con sus teléfonos móviles, informando de que había varios secuestradores en cada avión. Un total de 19 fueron más tarde identificados por el FBI, cuatro en el vuelo United 93 y cinco en los otros tres vuelos. [cita requerida]
Según revelaron los testimonios desde los propios aviones, los secuestradores habían tomado el control de éstos usando simples navajas con las que mataron a azafatas de vuelo y al menos a un piloto o pasajero. Según las investigaciones de la Comisión del 11-S, se tiene también constancia de que fue usado algún tipo de spray para retener a los pasajeros en la cabina de primera clase. Asimismo, se amenazó con la presencia de una bomba en tres de los aviones; no fue así en el American Airlines 77. Según las conclusiones de esta comisión, se piensa que los avisos de bomba eran probablemente falsos.
En el cuarto avión, la caja negra reveló que los pasajeros, después de enterarse de que el resto de aviones habían sido estrellados deliberadamente, trataron de retomar el control de los aparatos, a lo que los secuestradores reaccionaron moviendo el avión en un fallido intento para someter a los pasajeros. De acuerdo con la grabación 9-1-1, uno de los pasajeros, Todd Beamer, pidió a la persona con quien hablaba por teléfono que rezara con él y al finalizar simplemente dijo "let's roll". Poco después, el avión se estrelló en un campo cercano a Shanksville, en Pensilvania, a las 10:03.11 am hora local. Existe un debate acerca del momento exacto en que el avión chocó contra el suelo, ya que los registros sísmicos registran el impacto a las 10:06 am. Posteriormente el líder de Al Qaeda capturado Khalid Shaikh Mohammed dijo que el vuelo 93 tenía como objetivo el Congreso de los Estados Unidos.
La expresión "let's roll" comenzó a ser ampliamente usada en los Estados Unidos después de los ataques. Neil Young compuso una canción con ese título como tributo a las víctimas. Por su parte, la viuda de Beamer patentó la frase como marca registrada.
Los atentados extendieron la confusión en todos los Estados Unidos. A lo largo del día se sucedió la publicación de todo tipo de informes y noticias sin confirmar y contradictorias. Una de las más persistentes fue la de que había estallado un coche bomba en la sede central del Departamento de Estado de los Estados Unidos, eledificio Trumann en Washington D.C.. Esta falsa noticia pasó por las agencias de noticias y llegó a ser publicada por varios periódicos ese día. Otro informe difundido por la agencia Associated Press afirmaba que el vuelo 1989, un avión Delta 767, había sido también secuestrado. La noticia resultó ser también un error; el avión había sido considerado brevemente como en riesgo de secuestro pero finalmente respondió a los controladores aéreos, aterrizando a salvo en el aeropuerto de ClevelandOhio.     

La respuesta estadounidense


                                                                

Búsqueda de supervivientes, recuperación de cuerpos e indemnizaciones

En las horas siguientes a los ataques, se inició una operación de búsqueda y rescate a gran escala con más de 350 perros especialmente entrenados. Solo se lograron encontrar a unos pocos sobrevivientes malheridos, y en las semanas posteriores se hizo evidente que no se iban a hallar más.
La recuperación de cadáveres llevó meses. Simplemente el apagar todos los fuegos que ardían entre los escombros se demoró semanas, mientras que el desescombro completo no terminó hasta mayo de 2002. Se instalaron miradores provisionales para observar el trabajo de los equipos, que fueron retirados el 30 de mayo de 2002.
Asimismo, se iniciaron muchas recogidas de fondos para ayudar a las víctimas de los atentados y a los familiares de los fallecidos. Una vez cumplido el plazo para pedir las indemnizaciones (11 de septiembre de 2003) 2.833 personas habían recibido el pago.

Respuesta pública

Los atentados del 11 de septiembre tuvieron un efecto abrumador sobre la población. Los cuerpos y fuerzas de seguridad (conocidos como "los primeros en responder") que intervinieron en las labores de rescate y auxilio, especialmente los bomberos, fueron aclamados como héroes. Policías y miembros de equipos de rescate de todo el país se concentraron en Nueva York para la recuperación de cuerpos. Las donaciones de sangre experimentaron un auge.
Otra respuesta supuestamente patriótica menos loable fue el aumento del racismo y hostigamiento contra las personas de origen árabe. Otros grupos originarios de Oriente Medio fueron frecuentemente confundidos con los árabes y víctimas de esta xenofobia, particularmente los sijs, que tienen la tradición de llevar turbantes, signo que en Occidente se suele asociar al Islam. Balbir Singh Sodhi fue asesinado de un disparo el 15 de septiembre, confundido con un musulmán. Al menos otras 8 personas sufrieron la misma suerte.
Políticamente, la población respaldó masivamente al gobierno en su labor antiterrorista. Así, el índice de aprobación del presidenteGeorge W. Bush alcanzó el 86%. El 20 de septiembre, el presidente habló ante la nación y la sesión conjunta del Congreso de los Estados Unidos, explicando los sucesos del día, la actuación de su gobierno en los 9 días transcurridos y sus planes de respuesta. El alcalde de Nueva York Rudy Giuliani fue aclamado tanto en Nueva York como en todo el país por su reacción a la catástrofe terrorista.

Medidas de seguridad interna en Estados Unidos

Tras los ataques, se registraron las huellas de 80.000 árabes y musulmanes bajo la Alien Registration Act de 1940. 8.000 de ellos fueron entrevistados y 5.000 extranjeros fueron detenidos bajo la resolución conjunta del Congreso de los Estados Unidos 107-40, que autorizó el uso de fuerza militar para detener y prevenir terrorismo internacional en los Estados Unidos.
A causa de los atentados, la opinión pública se centró sobre todo en materia de seguridad nacional, e incluso se creó una nueva agencia federal a nivel de gabinete, el Departamento de Seguridad Nacional, reorganizando así la lucha antiterrorista.
Asimismo se aprobó la Ley Patriótica (USA PATRIOT Act), suspendiendo y limitando algunas libertades y derechos constitucionales con el fin de aumentar la seguridad interna de los Estados Unidos. Esta medida ha sido duramente criticada por defensores de los derechos civiles, que ven en ella una violación de la privacidad de los ciudadanos, además de una relajación del control judicial sobre los cuerpos de inteligencia.
El 11-S fue también el argumento utilizado por el gobierno de Bush para iniciar una nueva operación de la Agencia de Seguridad Nacional con el objetivo de registrar las comunicaciones de ciudadanos estadounidenses con el extranjero.70
Los cambios en la vida cotidiana de la población y la exigencia de un compromiso directo con la seguridad han sido considerables. En cada medio de transporte se han colocado carteles y altavoces que repiten la consigna "If you see something, say something" ("si ves algo, di algo")

Comisión del 9/11

La Comisión Nacional sobre los Atentados Terroristas contra los Estados Unidos (en inglés National Commission on Terrorist Attacks Upon the United States y más vulgarmente la Comisión del 11-S), presidida por el ex gobernador de Nueva Jersey Thomas Kean, fue formada a finales de 2002 para preparar un informe completo de los atentados y de las circunstancias con ellas relacionadas, incluyendo desde la preparación a la respuesta inmediata de las autoridades estadounidenses. Dicho informe fue publicado finalmente el 22 de julio de 2004.

Repercusiones Internacionales

Los ataques tuvieron ramificaciones globales. Gobiernos, asociaciones y medios de comunicación lo condenaron en todo el mundo.72 Especialmente famoso fue el titular del periódico francés Le MondeNous sommes tous Américains (Somos Todos Estadounidenses)
Tras los atentados, la administración Bush declaró la llamada guerra contra el terrorismo, con los objetivos de llevar a Osama bin Laden y al-Qaeda a la justicia y prevenir la acción de redes terroristas anti-estadounidenses. Estos objetivos se conseguirían a través de sanciones económicas y militares contra estados percibidos como protectores de terroristas y aumentando la vigilancia e inteligencia global.
Aproximadamente un mes después de los ataques, los Estados Unidos de América, con la colaboración de una coalición internacional, invadió Afganistán, cuyo gobierno había dado apoyo a fuerzas de Al-Qaeda.Particularmente importante fue el apoyo del gobierno pakistaní, que tras los atentados se alineó con Estados Unidos, cediéndole bases para la guerra en Afganistán y arrestando a más de 600 sospechosos de colaborar con al-Qaeda.

Respuesta internacional

Tras el 11-S, numerosos gobiernos aprobaron leyes antiterroristas o endurecieron las ya existentes, particularmente de cara al terrorismo islámico. Entre ellos estuvieron el Reino Unido, la IndiaAustraliaFranciaAlemaniaIndonesiaChinaCanadáRusia,PakistánJordaniaMauricioUganda y Zimbabue. Una consecuencia de dichas medidas fue la congelación de cuentas bancarias asociadas a Al-Qaeda.
Los servicios de seguridad e inteligencia de varios países (ItaliaMalasiaIndonesiaFilipinas...) arrestaron tras los atentados a personas relacionadas con células varias de al-Qaeda.
Dichas medidas han sido objeto de críticas varias, que las ven como un atentado a las libertades individuales, como un recorte de derechos y, en general, como un aumento de la injerencia del Estado en la intimidad de los ciudadanos.
Particularmente conocido es el campo de detención de Guantánamo, base estadounidense en Cuba, donde se encuentran numerosos prisioneros capturados como "combatientes ilegales". Dicho centro, criticado por Amnistía Internacional, la Unión Europea, la ONU y numerosas organizaciones más, ha sido reiteradamente denunciado como una violación de los Derechos Humanos.

Hipótesis conspirativas

Desde que se produjeron los atentados han surgido varias hipótesis a las que se suele agrupar bajo la denominación de teorías conspirativas, que sostienen que las conclusiones alcanzadas en la investigación oficial no resultan consistentes con los hechos.
En general, en estas teorías se cuestionan la posibilidad de que un Boeing 757 hubiera embestido contra el Pentágono; que las Torres Gemelas o la Torre Nº 7 del World Trade Center hubieran podido derrumbarse como lo hicieron a raíz del impacto de los aviones, y no como consecuencia de la colocación de cargas explosivas, en una demolición hecha a control remoto; que en el vuelo 93 de United hubiera existido un enfrentamiento entre los pasajeros y los terroristas... Por lo general estos autores afirman haber encontrado incongruencias que ponen en duda toda la versión gubernamental. Algunas de las supuestas inconsistencias que los críticos mencionan serían el hecho de que, en teoría, era imposible que un avión pudiera acercarse al Pentágono sin accionar las defensas antiaéreas o que el FBI hubiese localizado el pasaporte intacto de uno de los terroristas dentro de los restos humeantes del World Trade Center. Otras incongruencias están basadas en las irregularidades económicas acaecidas, antes, durante y después de los atentados.
En cuanto a los autores, algunas de estas teorías sostienen que algunos miembros del gobierno de los Estados Unidos conocían los planes de atentar contra las torres gemelas pero no hicieron nada para impedirlos. Otras llegan incluso a acusar directamente al propio gobierno de Estados Unidos de planear y ejecutar los atentados.
Entre los principales opositores a la versión dada por el gobierno estadounidense se encuentra el periodista francés y director de la web de extrema izquierda Red Voltaire Thierry Meyssan, quien escribió un libro titulado La gran impostura. En su trabajo, Meyssan exhibe una serie de razones y argumentos por los que, según él, no es posible dar por cierta la versión gubernamental.
Otro de los más acérrimos críticos es el profesor estadounidense David Ray Griffin, autor del libro Desenmascarando el 11-S donde hace un análisis punto por punto de los hechos ocurridos el 11 de septiembre de 2001. Griffin afirma haber encontrado al menos 115 fallos lógicos graves en la versión oficial de los atentados.

En honor y solidaria a las familias de las victimas y héroes de aquel día.


Para relajarse un poco

Nuevas aplicaciones y webs para mejorar el mundo



‘Apps’ y ‘webs’ para cambiar el mundo.
Desde que comenzase la crisis, Internet ha sido testigo del nacimiento de un amplio abanico de iniciativas para ayudar a los más desfavorecidos o fomentar una mayor participación ciudadana. Las plataformas de peticiones o las cadenas de favores fueron algunas de ellas. Con el tiempo, algunos de estos proyectos desaparecieron y otros se transformaron, como es el caso de Actuable, hoy parte de Change.org.
Pero recientemente han surgido nuevas aplicaciones y webs que aprovechan el poder de las redes sociales para mejorar el mundo.
Frente al modelo de Facebook o Twitter de mantener a los usuarios el máximo de tiempo ‘online’ compartiendo fotos, vídeos u opiniones, estas iniciativas cuestionan que estemos necesariamente más conectados por tener una red de 500 amigos o de miles de seguidores. Como alternativa, sugieren redes más enfocadas a fortalecer los lazos entre las personas en la realidad.
FavorTree, heredera de la red NeighborGoods, que permitía el intercambio de objetos entre miembros, ha sido una de las últimas aplicaciones en traer un soplo de aire fresco a la causa. La novedad de su apuesta es haber integrado la receta del éxito de juegos como FarmVille en una aplicación que busca promover una mayor colaboración social. Así, los usuarios serán recompensados a medida que presten objetos o ayuden a quien lo necesite y, de esta forma, podrán ver crecer su propio árbol virtual.
Al igual que FavorTree, en los últimos años han surgido otros proyectos como alternativa a una sociedad marcada por el consumismo y que cada año produce 50 millones de toneladas de basura electrónica, según la ONU. Sin poner tanto énfasis en sistemas de recompensas a sus usuarios, Truékalo o Nolotiro también figuran entre los precursores de las redes de intercambio online.
Por su parte, otro de los colectivos más castigado por la crisis, el de los emprendedores, también tiene su propia plataforma.
Cause It es una app social nacida con el objetivo de fomentar la colaboración entre pequeños negocios y organizaciones sin ánimo de lucro de una comunidad, aunque de momento sólo en Los Ángeles e Indianápolis (EEUU) y nada más que en IOS. De esta forma, los primeros pueden conseguir una mayor proyección involucrándose en proyectos sociales y solidarios, mientras que los segundos pueden expandir su red de voluntarios aliándose con emprendedores locales.
La unión hace la fuerza
Las plataformas de peticiones son tal vez el modelo que más éxito ha cosechado como expresión del descontento de la sociedad civil.
Desde que naciese en 2007, Change.org se han convertido en la mosca en la oreja de partidos políticos, entidades financieras y multinacionales en todo el mundo, y de paso también en termómetro del malestar social para los medios de comunicación.
Pero no es la única. Care2 ha consolidado su imagen como plataforma para causas sobre el medioambiente y temas relacionados con la salud. The Point, aunque parecida a Change.org, también ofrece la posibilidad de financiar un proyecto concreto.
Y en España, Hacesfalta.org ha creado una red de oportunidades de trabajo y voluntariado para fomentar la colaboración ciudadana en causas solidarias. Con un marcado carácter local destaca Change by Us, una iniciativa disponible sólo en Philadelphia y Nueva York que promueve que los ciudadanos propongan ideas a los políticos locales sobre cómo mejorar sus ciudades.
Mientras, el Programa Mundial de Alimentos ha utilizado otra estrategia para ganar apoyos a la lucha contra el hambre en el mundo. FreeRice es un sencillo ‘juego’ interactivo y recurso de aprendizaje en el que los usuarios participan en un test de vocabulario, al tiempo que van ganando puntos que tienen su contrapartida en granos de arroz donados a países que lo necesiten.
Los casos de FavorTree, Cause It y FreeRice revelan sobre todo el potencial de aplicar técnicas de videojuegos a otros contexto. Y es que ayudar también puede ser divertido.

lunes, 10 de septiembre de 2012

EE.UU sí está mejor que hace cuatro años



Barack Obama planteó anoche las elecciones del 6 de noviembre como una batalla ideológica, una disyuntiva entre dos modelos contrapuestos, un pulso que definirá el futuro de la primera potencia mundial. En el discurso de clausura de la convención demócrata, el presidente de Estados Unidos avisó de que su propuesta electoral exigirá esfuerzos a sus conciudadanos, pero llevará al país hacia “un lugar mejor”, una nueva de prosperidad, empleo y oportundides tras una década de paro, deuda y recesión.
En Charlotte (Carolina del Norte), el presidente puso de relieve los contrastes con su rival, Mitt Romney, pidió cuatro años más para concluir el trabajo que comenzó en el 2009 y consolidar la frágil recuperación económica, ridiculizó a los republicanos y se presentó como un líder experimenta capaz de impulsar el resurgimiento de la primera economía mundial.michelle obama, democratas
No fue el mejor discurso de una convención con momentos de excelencia retórica. Obama, lejos de la brillantez oratoria de la campaña del 2008, buscó la eficacia: definir el campo de juego de una campaña que se jugará en el debate sobre el papel del Estado en la economía y sobre el futuro de las clases medias, que en la última década han visto cómo se erosionaban sus posibilidades para prosperar.
“Los tiempos han cambiado –dijo Obama tras referirse al discurso que le lanzó a la fama, en la convención demócrata del 2008–. Y yo también. Ya no soy sólo un candidato. Soy el presidente”. En otro momento, afirmó: “La elección de hace cuatro años no era sobre mí. Era sobre vosotros. Mis conciudadanos: vosotros fuisteis el cambio”.
Tras el discurso en el que aceptó la nominación, hoy arranca la etapa más intensa de la campaña para las presidenciales del 6 de noviembre, con los sondeos igualados y la economía en el centro del debate. El discurso de anoche incluye una lista de objetivos en sectores como la industria manufacturera (un millón más de empleos para el 2016), las exportaciones (doblarlas en el 2014), la energía (600.000 empleos en la emergente industria autóctona del gas natural y una reducción a la mitad de las importaciones de petróleo al final de la década) y la educación. El plan también prevé invertir en la economía de EE.UU. el dinero ahorrado con la retirada de Iraq y Afganistán.
La mayoría no son propuestas nuevas, pero reflejan la intención de ofrecer una visión de futuro detallada ante los reproches de que la campaña para la reelección se limita a descalificar al contrario y a culpar al republicano George W. Bush del entancamiento económico.
El plan económico pretende también evidenciar la ausencia de propuestas detalladas en la candidatura republicana.
El largo pasaje dedicado a la política exterior subrayó, por contraste, la mención superficial a esta cuestión en el discurso de nominación de Romney la semana pasada.
“Mi oponente y su compañero de candidatura son novatos en la política exterior”, constató. La única mención a Europa: “Hay que contener la crisis de Europa”.
La economía centró el discurso. No tanto el balance cuestionable de estos cuatro años, que el día anterior el expresidente Bill Clinton se había encargado de reivindicar, como el contraste entre las propuestas demócratas y la republicanas.
Los republicanos abogan por rebajas de impuestos a los ricos, recortes sociales y un intervencionismo público mínimo que libere las fuerzas creativas del libre mercado. Los demócratas sostienen que sólo el Estado -con sus inversiones y su papel regulador– puede ejercer de garante de que todos los ciudadanos puedan cumplir el sueño americano.
“Cuando todo esté dicho, el día de escoger la papeleta, afrontaréis la elección más clara en una generación. En los próximos años, en Washington se adoptarán grandes decisiones, en el empleo y la economía, los impuestos y los déficit, la energía y la educación, la guerra y la paz”, dijo Obama. “Será una elección entre dos caminos diferentes para América. Una elección entre visiones fundamentalmente diferentes para el futuro”.
El Obama que se dirigió a los miles de delegados, invitados y periodistas congregados en el pabellón cubierto Time Warner Cable Arena –un recinto más modesto que el previsto hasta el miércoles, el estadio Bank of America– no es el mismo que hace cuatro años ganó las elecciones con un mensaje de tonos místicos.
Ahora es un líder pragmático que se apoya en el aura de un viejo rival, Bill Clinton. Lastrado por el paro elevado y una economía que arranca a duras penas, atrapado en un Washington en el que los consensos con los republicanos son casi imposibles, Obama se esfuerza por encontrar un mensaje ilusionante para los votantes –jóvenes, hispanos, centristas…– que le catapultaron a la Casa Blanca.
“Insistimos en la responsabilidad personal y celebramos la incitiativa individual. El éxito no es un derecho adquirido. Nos lo tenemos que ganar”, dijo el presidente. “Nosotros no creemos que el Estado sea la fuente de todos nuestros problemas”.
Obama señaló, entre las diferencias con sus oponentes, las rebajas de impuestos que propone Romney y el plan de reforma de Medicare, la sanidad pública para mayores de 65 años.
La semana pasada, los republicanos llegaron a su convención, en Tampa (Florida), con reparos sobre el candidato Romney, un político distante, con un déficit de empatía y un pasado moderado que le hace sospechoso a ojos de las bases. En el campo demócrata, cualquier atisbo de división se esfumó tras la victoria del 2008.
En Charlotte, el objetivo del Partido Demócrata era doble. Primero, suministrarse a sí mismos una inyección de confianza ante la campaña más difícil de un presidente desde George Bush padre en el 1992. Y segundo, proyectarse al resto de EE.UU. como el partido que mejor refleja la diversidad y las aspiraciones del país.
Obama subió al estrado de un pabellón electrizado después de tres días de discursos que han disparado la moral de los demócratas. Entre los factores que pueden desequilibrar la campaña, los debates y la sucesión de cifras económicas. Hoy se publica el dato del paro en agosto.
La primera dama Michelle Obama –el martes– y el expresidente Clinton el miércoles por la noche demostraron por qué son los mejores activos del presidente en esta campaña. Michelle respondió en su discurso a la pregunta “¿quién es el presidente?”. La respuesta explícita: un norteamericano común, un hombre como vosotros. Y la implícita: no como el multimillonario Romney.
Clinton respondió al clásico “¿estamos mejor que hace cuatro años?”. La respuesta: sí, aunque queda camino por recorrer. El expresidente argumentó que Obama heredó del republicano George W. Bush un “desastre total” y que ha sentado las bases para una “prosperidad compartida”. Nadie –y mucho menos el presidente– vende como Clinton hizo ayer los logros de Obama: desde la reforma sanitaria hasta el plan de estímulo fiscal.
Pocos son capaces de desarticular, como él, los aspectos más controvertidos del argumentario del Partido Republicano y de exponer las contradicciones de Romney en cuestiones como la reducción del déficit o la reforma sanitaria. Y lo hace desde la credibilidad que le concede el haber dejado el país, en el 2001, con un superávit y pleno empleo que la Administración republicana dilapidó en unos años.
“¿Estamos mejor que hace cuatro años?”, preguntó Clinton a los delegados en otro momento. “¡Sí!”, respondió el pabellón.